
El COVID-19 inevitablemente ha evolucionado con el tiempo, como cualquier otro virus. A pesar de que los rasgos esenciales del virus siguen siendo los mismos, algunas “mutaciones” pueden dar lugar a diferencias considerables y peligrosas en las características básicas y, de manera consecuente en los efectos que el virus puede crear en el cuerpo humano.
La Organización Mundial de la Salud informó que creó un nuevo sistema de denominación para las variantes de SARS-CoV-2, las cuales serán ahora nombradas con letras del alfabeto griego con la intención no estigmatizar con el nombre geográfico que se han asignado previamente.