Tras la llegada de miles de dosis de la vacuna contra el COVID-19 a México la gente ha presentado un sentimiento de tranquilidad y ha visto una aparente “ luz al final del túnel” …¿Pero realmente este será el fin de la pandemia?

Millones de personas han muerto alrededor del mundo diariamente en manos de este virus, esto es algo que vamos y debemos recordar toda la vida, no bajar la guardia y dejar en el olvido nuestra nueva normalidad en la que debemos y se ha convertido en una obligación cuidarnos y protegernos.

La vacuna del biológico que combate al COVID-19 únicamente representa un factor que ayudará a prevenir y a generar un proceso de adaptación dentro del el sistema inmunológico de todos aquellos que la adquieran, por lo que no debe representar una razón de descuido u olvido al tomar medidas preventivas ante la letalidad que refiere contraer este virus.
Se ha estudiado y puesto sobre la mesa por muchos médicos y epidemiólogos que la inmunidad que genera la vacuna no es inmediata.

Por ejemplo, para la vacuna de Pfizer/BioNtech, la inmunidad inicia ocho días después de la segunda dosis mientras que para la de Moderna ocurre catorce días después de la segunda dosis. En ambos casos, una sola dosis no será suficiente para que haya un resultado ni mucho menos una razón para dejar de protegerse.

Las vacunas contra el COVID-19 serán herramientas poderosas pero no infalibles para evitar lo peor de este patógeno pueda seguir generando en el mundo, sin duda no estamos ni cerca de acabar con la pandemia, puesto que existe otro factor por el cual no podemos mostrarnos débiles ante este virus ya que no podrán producirse suficientes cantidades para que todos los que lo deseen sean inmunizados.

“Los casos y las muertes continuarán y tenemos que ser claros en ello, pero su número estará en gran medida en nuestras manos. Las vacunas serán un elemento importante de nuestra caja de herramientas, pero las vacunas no significan cero COVID porque no pueden hacer por sí solas todo el trabajo”, dijo el doctor Mike Ryan, alto responsable en la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Por otra parte, aunque no haya vacunas para todos, dar prioridad a los trabajadores sanitarios y sociales, y en segunda instancia a las personas mayores, sí puede tener como resultado reducir la mortalidad y los casos de infección severa si es que no dejamos la protección a un lado.

Pese a los esfuerzos que cualquier país pueda hacer para erradicar el virus, si deja de prestar atención y ejercer presión en cuanto al uso de protección constante, distanciamiento social y medidas de prevención rigurosas va a ser inútil cualquier estrategia en contra del COVID-19.

La mejor vacuna siempre será cuidarnos mutuamente.